jueves, 26 de julio de 2012

EL PRESI DIALOGO CON OLE

  • ARIEL SENOSIAIN
    “Me consta que el intendente de Lanús maneja a la barra de mi club”
    ENRIQUE MERELAS, presidente de El Porvenir

    Con 32 años al mando, Merelas dice que aún no aprendió a ser dirigente y que si no fuera por Grondona no podrían competir ni en la D. Y recuerda aquel día en el que la barra entró al club con un cortejo fúnebre: “Le apuntaron a la panza a mi hija embarazada...”.

    -En agosto de 1998 dijo en Olé que “en El Porvenir pateo, tiro los centros y cabeceo”. ¿Hoy sigue todo igual?

    -Así es desde el 24 de abril de 1980 cuando asumí como presidente. En aquella época tenía 27 años y encontré un club lleno de juicios y deudas. Quiero a El Porvenir como un hincha. No sé ser dirigente.

    -¿No aprendió en 32 años como presidente?

    -Es que en realidad no me gusta. Los dirigentes, en general, son más pensantes que yo y tienen una cultura superior a la mía.

    -Generalmente se dice lo opuesto, que los dirigentes no pueden actuar como hinchas.

    -No lo comparto. Ojo, no gasto más de lo que entra y por eso nos fuimos a la C... Administro con la libreta del almacén; si entra tanto, no puede salir más que tanto. Y no creo que haya que renovar sí o sí los cargos. Hoy, cualquier dirigente firma un pagaré y endeuda a la comisión siguiente, y así se entierran los clubes. Ah, tampoco me siento dirigente en la cancha: me descontrolo.

    -En mayo, después de una derrota ante Midland, ¿le pegó al árbitro Américo Monsalvo?

    -No llegué a tanto. Pero muchas veces me sentí perjudicado por arbitrajes y algunos hasta me mandaron al descenso. Ojo, no creo que sea adrede, hay muchos que simplemente son malos árbitros. Un día, en la cancha de Belgrano, en la B Nacional, corrí a uno, lo agarré de la camisa y le dije todo lo que te puedas imaginar...

    -Hace diez años estaban junto a Arsenal en la B Nacional. ¿Qué pasó para que hace un mes uno saliera campeón en Primera y el otro, ustedes, estuvieran cerca de descender a la D?

    -Somos distintos. Yo soy un laburante, no un empresario. Cuando me acerco a pedir plata miran por la cerradura y no me abren la puerta. Otros tienen amigos que les facilitan todo. De la misma manera digo que si no fuera por Grondona, un hermano para mí, y que me ayuda personalmente, El Porvenir no podría competir ni en la D. Contamos con pocos recursos y el gran problema del fútbol hoy es la fortuna que piden los jugadores o sus representantes. En el club tenemos pensión, gimnasio y concentración, pero deberíamos rematar todo si les pagáramos lo que quieren: 15, 16.000 pesos. No gano eso al mes.

    -Los barras de su club destrozaron las instalaciones, los autos de los jugadores, irrumpieron en pleno entrenamiento con un cortejo fúnebre por la muerte de uno de ellos. ¿Qué fue lo peor?

    -Lo peor fue cuando le pusieron el revólver en la cabeza a mi hermana y en la panza a mi hija embarazada. El día del cortejo fúnebre, si yo hubiese estado en el club, no los habría dejado entrar. Ustedes, los periodistas, dicen que hay que denunciar y yo hice 43 denuncias pero no tuve ni una respuesta. El intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez, fue a un acto de la oposición que se está armando en el club; también fueron un par de diputados y la barra. Debería ocuparse de conducir el municipio, que vive en una inseguridad total, en vez de interesarse por el fútbol, pero quiere la popularidad. Claro, es más conocido un dirigente de un club que cualquier político.

    -¿Tiene constancia de que el intendente maneja la barra?

    -Obvio, si no fuera así no lo diría. Los tiene a todos trabajando en la política. Fui el primero en ejercer el derecho de admisión: me paré en la puerta y dije quiénes debían entrar y quiénes no. Con la Policía no los arreglás... Entonces habría que dejarlos solos y que se maten entre ellos.
    FUENTE:DIARIO OLE